NUEVO Villa Termal de Paracuellos de Jiloca

Situada en el corazón de municipio, la Iglesia de San Miguel Arcángel es uno de los monumentos más emblemáticos de Paracuellos de Jiloca. Este templo, de origen medieval, data del siglo XIII y se construyó sobre una fortaleza musulmana, original del s. XII, en lo alto de una meseta que domina la localidad. De lo que fuera el castillo solo quedan algunos restos de la muralla de escasa altura. La iglesia ha sido reformada y ampliada en diversas ocasiones, incorporando elementos del gótico y del barroco, lo que la convierte en un ejemplo de la evolución arquitectónica a lo largo de los siglos. 

El edificio destaca por su sobria fachada de piedra y su imponente torre campanario, que se erige como uno de los puntos más visibles del paisaje urbano de la localidad. En el interior, la iglesia cuenta con una nave principal y capillas laterales, donde se pueden apreciar detalles decorativos de distintas épocas, como retablos barrocos y elementos escultóricos. 

La dedicación a San Miguel Arcángel, el santo guerrero, le otorga un carácter especial, y su importancia religiosa y cultural la convierte en un lugar de referencia tanto para los habitantes como para los visitantes del municipio. 

Las ruinas del castillo de Paracuellos de Jiloca representan un notable atractivo histórico de este municipio zaragozano. Situadas en lo alto de una colina, estas estructuras medievales ofrecen panorámicas sorprendentes del valle del río Jiloca y sus campos circundantes. Sus antiguas murallas, en parte derruidas por el paso del tiempo, evocan un pasado lleno de intrigas feudales, defensas estratégicas y la vida cotidiana de los señores y vasallos que habitaron la zona.

A pesar de su estado, aún pueden apreciarse ciertos elementos arquitectónicos que permiten reconstruir en la imaginación su antigua grandeza, desde las torres de vigilancia hasta los restos de los muros perimetrales. Cada piedra es testigo mudo de la historia, invitando a quienes se acercan a descubrir las huellas de influencias árabes y cristianas que marcaron la región.

El entorno, además, resulta ideal para pasear y conectar plenamente con la naturaleza, mientras se disfruta de la simbología de estas históricas ruinas que abren una ventana al pasado medieval aragonés.

Desde las alturas, Paracuellos de Jiloca se presenta como un apacible lienzo en el que la arquitectura tradicional y el paisaje agrícola se funden en armonía. La vista aérea revela un entramado de tejados rojizos que resaltan sobre el verde de los huertos y campos cultivados, a lo largo de la ribera del río Jiloca. Las calles discurren entre casas de piedra y adobe que cuentan historias de siglos pasados, entre las que sobresale la iglesia parroquial, con su torre elevándose sobre el caserío como testigo mudo del devenir histórico. Más allá, las suaves colinas y la arboleda circundante enmarcan el pueblo, protegiéndolo de los vientos y creando una sensación de acogimiento.

Como un oasis, el Parque Termal de Paracuellos de Jiloca destaca por las láminas de agua del lago y la piscina, distribuidos en torno a las instalaciones termales y rodeados de parques alfombrados de verde. La panorámica ofrece una imagen equilibrada entre el entorno urbano y los recursos termales y paisajísticos que caracterizan a Paracuellos de Jiloca.