NUEVO Villa Termal de Fitero

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Villa Termal de Fitero

La villa de Fitero se sitúa en el suroeste de la Comunidad Foral de Navarra, en la región de la Ribera de Navarra y perteneciente a la merindad de Tudela. Con una población superior a los 2.100 habitantes, su nombre proviene del latín vulgar «fictu,» que hace referencia a un hito o señal de delimitación territorial, destacando su ubicación estratégica en el límite entre Navarra, La Rioja y Aragón.

Fitero se desarrolló en torno a su monasterio, el primer cenobio cisterciense en la Península Ibérica, declarado Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985. A lo largo de los siglos, la villa vivió conflictos entre sus habitantes y los señores que la gobernaban, hasta lograr finalmente su emancipación en 1836.

El entorno natural de Fitero, y en particular la cercanía del macizo de Roscas, ofrece múltiples rutas para practicar senderismo. Entre ellas destaca el «circuito de Roscas», que conduce a los excursionistas hasta la cima del macizo, desde donde se aprecian vistas panorámicas de la ribera del río Alhama. También es notable la «Ruta de Bécquer», que sigue el recorrido del poeta sevillano desde el hotel que lleva su nombre en el Balneario de Fitero hasta el monasterio cisterciense, inspirando así sus leyendas «La Cueva de la Mora» y «El Miserere.»

A solo cuatro kilómetros de Fitero, en el límite con La Rioja, se encuentra el Balneario de Fitero, un complejo termal con dos hoteles que operan bajo una misma gestión. El hotel balneario Gustavo Adolfo Bécquer, que rinde homenaje al poeta, cuenta con una gruta singular llamada “El Infierno”, una sauna natural donde las aguas termales caen en cascada sobre un humeante lago. A 500 metros, el Hotel Virrey Palafox, nombrado en honor al virrey Juan de Palafox y Mendoza, nacido en la localidad en 1600, alberga restos de termas romanas en su interior. Las aguas de Fitero nacen a una temperatura entre 32 y 52 ºC y son altamente mineralizadas.

Actualmente, el balneario combina elementos históricos de la época romana con modernas instalaciones, ofreciendo servicios adaptados a todo tipo de visitantes que buscan salud, ocio y bienestar en un entorno natural excepcional.

Información de sus aguas

NOMBRE DEL MANANTIAL
Fitero- Manatial Viejo

 

CAUDAL
1.080 l/s

 

TEMPERATURA
44,1 º C

 

TIPO DE AGUAS
Cloruradas sódicas, sulfatadas, hipotónicas y radiactivas.

 

 

INDICACIONES

  • Reumatología, rehabilitación funcional postraumática y neurológica
  • Aparato respiratorio
  • Aparato circulatorio
  • Curas de relajación, estrés y descanso y prevención en general

 

USO DEL AGUA MINEROMEDICINAL
Balneario de Fitero

PUNTOS DE INTERÉS

Cascada de aguas termales

El Balneario de Fitero gestiona el agua sobrante de sus termas a través de un sistema de rebosadero natural que permite que las aguas, que fluyen desde el subsuelo a temperaturas de entre 32 y 52 ºC, sigan su curso hacia el entorno natural cercano. Situado en un área de roquedos, el agua termal se filtra de forma segura hacia el exterior, enfriándose progresivamente a través de una pequeña cascada natural antes de llegar al cauce del río Alhama. Este río pasa por las inmediaciones del balneario y actúa como receptor de las aguas termales sobrantes, integrándose en el entorno sin alterar su equilibrio ecológico.

La ubicación geográfica del balneario en la Peña del Baño permite aprovechar este flujo de agua de forma visual y ambiental, realzando el paisaje que rodea las instalaciones. Esto añade un atractivo especial a la experiencia de salud y bienestar que ofrece esta villa termal.

Ayuntamiento de Fitero

El edificio de la casa consistorial de Fitero es una muestra arquitectónica que refleja la rica historia y la cultura de la localidad. Situado en el corazón del pueblo, este edificio destaca por su diseño sobrio y elegante, que combina elementos de estilo neoclásico con detalles tradicionales navarros.

La fachada del ayuntamiento está adornada con balcones de forja y un hermoso reloj que añade un toque de distinción. La disposición simétrica de sus ventanas y puertas, junto con el uso de materiales locales, le otorgan una armonía estética que se integra perfectamente en el entorno urbano.

Dentro, el ayuntamiento cuenta con espacios dedicados a la administración y a la vida cultural de Fitero. Salones y salas de reuniones están decorados con fotografías antiguas y objetos patrimoniales que evocan la historia del municipio. Este edificio es también un punto de encuentro importante, donde se organizan eventos, reuniones y actividades culturales, consolidándose como un espacio clave en la vida social y política de la comunidad.

Murales urbanos de Fitero

El arte mural en Fitero se ha convertido en un recurso que embellece sus calles y conecta a los habitantes con su herencia cultural. Las obras, creadas por artistas locales y foráneos, representan aspectos históricos y personajes relevantes para la comunidad. Uno de los murales está dedicado a San Raimundo de Fitero, fundador de la Orden de Calatrava y primer prior del monasterio original que antecede al actual de Santa María la Real.

En otra callejuela, dos murales celebran a figuras ilustres del pueblo: Alberto Pelairea, gestor de los Baños de Fitero y escritor autodidacta, distinguido como hijo predilecto de la villa en 1922, y Manuel García Sesma, quien tras trabajar en el balneario, inició su carrera eclesiástica. Sin embargo, su pensamiento progresista lo distanció de la mentalidad predominante, llevándolo a abandonar el seminario y dedicarse a la docencia en Madrid. Su participación en el bando republicano durante la Guerra Civil lo forzó a un exilio, marcando su vida y obra.

Monasterio de Santa María la Real

El Monasterio de Santa María la Real de Fitero es una de las primeras construcciones cistercienses en la Península Ibérica. Fundado en el siglo XII, presenta un estilo arquitectónico que combina el románico con el gótico temprano, característico de la orden del Císter, y se distingue por su sobriedad y simplicidad en líneas y espacios. La iglesia, de planta de cruz latina y una sola nave, destaca por su altura y luminosidad, reflejando el ideal de pureza de la orden. Su claustro, una joya de la arquitectura medieval, invita a la contemplación con su armoniosa estructura y discreta decoración.

El monasterio fue un importante centro espiritual y económico, con una influencia que perduró siglos. Restaurado en varias ocasiones, se conserva en excelente estado y es un testimonio excepcional de la vida religiosa medieval, así como del desarrollo agrícola y social de la región gracias a la comunidad monástica que albergó. Declarado Monumento Nacional en 1931, su entorno rural y la serenidad de sus espacios lo convierten en un remanso de paz y conexión con el arte medieval navarro.

INFORMACIÓN DE CONTACTO

Datos de contacto con el Ayuntamiento
Datos de contacto con el Balneario

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