NUEVO Villa Termal de Chiclana de la Frontera

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Villa Termal de Chiclana de la Frontera

Ubicada en el sur de la provincia de Cádiz, en el extremo más meridional de su bahía, Chiclana de la Frontera es una localidad que fusiona a la perfección la riqueza histórica, cultural y natural del sur de España. Su integración en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz ha permitido que, a pesar de la fuerte presión urbanística, conserve zonas de alto valor ecológico, como las marismas de Sancti Petri, declaradas Paraje Natural.

La historia de Chiclana se remonta a tiempos antiguos, con la presencia de asentamientos fenicios y romanos en su territorio. Sin embargo, es en la época medieval cuando la localidad empieza a adquirir mayor relevancia, desempeñando un papel estratégico durante la Reconquista. Su fundación como villa se sitúa en 1303, cuando el rey Fernando IV de Castilla cedió estas tierras a la Casa de Medina Sidonia.

El verdadero auge de Chiclana llega en el siglo XVIII, impulsado por el comercio y la actividad mercantil que florecían en la Bahía de Cádiz. Fue durante esta época cuando se configuró el casco histórico que hoy en día conocemos. La industria vitivinícola ha sido un pilar fundamental en la economía local durante siglos, con sus viñedos y vinos amparados bajo la renombrada denominación de origen Jerez-Xéres-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar.

En 1803, el Balneario de Chiclana comenzó a ganar notoriedad gracias a las propiedades curativas de sus aguas, aunque la construcción del mismo se vio interrumpida por la Guerra de la Independencia, que afectó gravemente a la provincia de Cádiz. No sería hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando el balneario se completaría.

Durante siglos, Chiclana dependió principalmente de la agricultura, especialmente del monocultivo de la vid, y de la explotación de sus salinas. Sin embargo, en la década de 1970, una crisis agropecuaria y energética forzó un cambio en su modelo económico. La localidad comenzó entonces a transformarse en una ciudad industrial y de servicios, un proceso que se aceleró con el auge del turismo en las últimas décadas del siglo XX. Su proximidad al mar y sus espléndidas playas propiciaron la proliferación de hoteles y urbanizaciones a lo largo de su costa, destacando el complejo residencial Novo Sancti Petri, que alberga el mayor número de plazas hoteleras en la provincia de Cádiz y en toda la Costa de la Luz.

Información de sus aguas

NOMBRE DEL MANANTIAL
Fuente Amarga

 

CAUDAL
300 l/s

 

TEMPERATURA
20,2ºC

 

TIPO DE AGUAS
Hipotermal. Mineralización fuerte. Clorurada, sódica, sulfurada.
Entre sus componentes mas importantes a destacar cloro, sodio y azufre, este último en su máxima concentración.

 

INDICACIONES

  • Afecciones dermatológicas: Acné, psoriasis, dermatitis atópica, dermatosis víricas y bacterianas (impétigo, herpes, etc.), dermatosis que cursan con prurito (picor), etc.
  • Afecciones reumatológicas y traumatológicas: Artrosis, Artritis Reumatoide, Osteoporosis, tendinitis etc.
  • Afecciones respiratorias: Alteraciones de vías respiratorias altas y bajas (rinitis, faringitis, bronquitis), procesos alérgicos.
  • Además de estas indicaciones, existen otras tales como: Tratamiento del estrés, ansiedad, curas de descanso y relajación.

 

USO DEL AGUA MINEROMEDICINAL
Balneario de Chiclana. Fuente Amarga

PUNTOS DE INTERÉS

Balneario de Chiclana

Los orígenes del Balneario de Chiclana se remontan a 1780, cuando se descubrió un manantial de aguas curativas tras la sorprendente recuperación de un perro con sarna que solía sumergirse en los charcos del camino. A raíz de este curioso acontecimiento, Chiclana se convirtió en un lugar de peregrinación para personas que buscaban alivio a diversas dolencias. Aunque esta historia tiene tintes legendarios, poco más se sabe sobre los detalles antiguos de estas aguas, cuya explotación regular comenzó en 1803, lo que permitió posteriormente la construcción del primitivo balneario.

En 1969 se levantó el hotel Fuentemar, contiguo al centro termal, y se reformó el recinto de baños, bajo unos cánones arquitectónicos que recuerdan a los de las grandes bodegas jerezanas añadiendo un toque local de distinción. Las aguas del balneario debido a su composición están catalogadas como hipertónicas, cloruradas, alcalinas, sulfuradas y ricas en calcio, lo que las hace especialmente recomendables para el tratamiento de afecciones cutáneas, reumatismos crónicos y problemas de las vías respiratorias.

Salinas de Chiclana

La sal ha desempeñado un papel determinante en la historia de las civilizaciones, gracias a su enorme valor tanto económico como cultural. En tiempos antiguos, era conocida como «oro blanco», y el término «salario» deriva del hecho de que los legionarios romanos recibían sal como parte de su compensación por sus servicios.

Durante las épocas fenicia y romana, se inició la transformación de las marismas en salinas, adaptando estos terrenos para la producción de sal, una actividad que alcanzó fama mundial y que, en gran parte, ha perdurado hasta nuestros días.

Actualmente, en Chiclana se encuentran tres salinas activas: la Salina de Bartivás, que desde 1927 conserva la tradición artesanal de la extracción de sal marina virgen y está certificada como ecológica; la Salina Santa María de Jesús, que hoy en día también ofrece un spa salino natural; y la Salina Santa Teresa de la Paz, que ha reactivado su producción tras 25 años de abandono.

Además, Chiclana alberga el Museo de la Sal, con una exposición permanente que permite a los visitantes explorar el Parque Natural de la Bahía de Cádiz y sus salinas, a través de maquetas y paneles repartidos en cuatro zonas temáticas: La Salina, La Historia, El Paisaje y El Territorio. En el propio museo se puede adquirir sal de distintos tipos y formatos.

Paraje Natural Marismas de Sancti Petri

Las marismas de Sancti Petri, integradas en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, se consideran uno de los espacios naturales más valiosos de la región. Este ecosistema singular, compuesto por humedales, caños y salinas, destaca por su extraordinaria biodiversidad y riqueza ecológica. En sus aguas y márgenes habitan numerosas especies de aves migratorias y residentes, además de una variada fauna marina, complementada por una vegetación halófita que se ha adaptado perfectamente al entorno salino. Gracias a su distancia de la actividad humana, ubicada a varios kilómetros, las marismas han mantenido un estado de conservación excelente, lo que las convierte en un lugar privilegiado para la observación de aves.

La preservación de este entorno es vital para el equilibrio ambiental de la Bahía de Cádiz, siendo un modelo ejemplar de coexistencia entre el desarrollo humano y la naturaleza. El sendero que conduce al Monumento Natural de la Punta de Boquerón ofrece vistas panorámicas espectaculares, permitiendo a los visitantes contemplar la vastedad y la riqueza de las marismas. Declarada Zona Zepa (Zona de Especial Protección para las Aves) en 1993, fue designada como sitio Ramsar de importancia internacional en 2002 y está propuesta como Lugar de Interés Comunitario (LIC), subrayando su relevancia en la conservación del patrimonio natural.

Playa de la Barrosa

La playa de La Barrosa, en Chiclana, es uno de los tesoros más destacados de la Costa de la Luz y una de las playas más reconocidas de España.

Con más de 8 kilómetros de arena dorada y aguas cristalinas, La Barrosa se divide en tres zonas: una primera con un animado paseo marítimo repleto de bares y restaurantes; una segunda más tranquila, ideal para familias; y una tercera, más salvaje y natural, cerca de la histórica Torre del Puerco, que se corresponde con la zona de la urbanización Novo Sancti Petri, en la que se encuentra la mayor parte de los hoteles de la costa chiclanera.

Frente a sus costas, se vislumbra la mítica isla de Sancti Petri, que añade un toque de misterio y belleza al paisaje. La isla alberga los restos de un antiguo castillo y es un lugar emblemático en la historia de la región, vinculada a la leyenda del Templo de Hércules. Se puede llegar a ella en kayak o barco, lo que permite a los visitantes explorar su entorno natural y su pasado legendario.<

Ermita de Santa Ana

La ermita de Santa Ana se erige en el punto más elevado de Chiclana, sobre el cerro que lleva su nombre. Fue construida entre 1772 y 1774 por el célebre arquitecto gaditano Torcuato Cayón de la Vega, quien jugó un papel clave en la transición del estilo barroco al neoclásico. Antes de su edificación, fue necesario obtener permiso de las autoridades militares, ya que el cerro servía como un estratégico punto de observación y defensa.

La ermita presenta una planta octogonal, en cuyos ocho lados se abren tres arcos de medio punto, siendo el central más grande que los laterales, lo que otorga un elegante equilibrio visual. Su cúpula semiesférica recuerda a las estructuras bizantinas, aportando un aire de monumentalidad a su diseño.

En su interior, un pequeño altar se alinea con la puerta de entrada. En él destaca una escultura de Santa Ana y la Virgen Niña, situada en una hornacina. Esta obra, del escultor genovés Domingo Giscardi, es un testimonio del arte religioso del siglo XVIII, que añade un valioso componente artístico al conjunto arquitectónico de la ermita.

INFORMACIÓN DE CONTACTO

Datos de contacto con el Ayuntamiento
Datos de contacto del balneario

Avda. Fuente Amarga, s/n | 11130 – Chiclana – Cádiz
Tel. 956 400 520

mail: info@balneariodechiclana.net
web: balneariodechiclana.net
FB: Balneario de Chiclana
TW: @BalneChiclana
IN: balneario_de_chiclana

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